miércoles, 26 de octubre de 2011

Todo lo que podríamos haber sido tú y yo, si no fuéramos tú y yo.

Él siempre fue diferente. Me refiero a un diferente raro. Era como planear una fiesta de sábado por la noche, el sábado a las once de la noche. Como un chiste un miércoles a las tres de la tarde. Como salir sonriendo un jueves del instituto. Él siempre fue así, planeando las cosas a última hora. Llevaba al límite eso de dejarse llevar. No le importaba mucho lo que le rodeara. Era como fumarse la vida mientras sacas el dedo corazón a este asco de sociedad. Quería besos diferentes, pero de la misma boca. Daba la impresión de ser un insensible más, pero tenía ese corazón dentro. Tenía su manera de hacerte sentir la única en el mundo. Podía pasar una modelo, y él no miraría ni de reojo, preferiría besarte. Era como salir de fiesta un miércoles. Si, él siempre ha sido diferente.




lunes, 24 de octubre de 2011

87 días,

‘’Y ahora que te has marchado me invento los domingos’’, eso dice una de mis canciones favoritas, una de las canciones más tristes que se escribirán nunca.
Hoy hace exactamente 87 días que te marchaste, 87 largos días, y es que el tiempo es así de caprichoso, lo mismo que las agujas siguen un ritmo frenético o como que da la sensación de que no giran.
La tristeza es uno de los sentimientos más extraños, puedes levantarte un día pensando que ya ha pasado lo peor, que a partir de entonces, solo pueden haber sonrisas, y de repente, por cualquier tontería, todo vuelve a derrumbarse de nuevo, por cualquier tontería. Que te devuelve con intereses todos los problemas que ya creías superados, como en el parchís, que te comes una y cuentas 20, lo mismo, en una lágrima, siempre la acompañan otras 19.
He aprendido a odiar los domingos, sobre todo los domingos de invierno, debe ser que mi inventiva se ha marchado de vacaciones y soy incapaz de tejer ninguna historia en la que no aparezcas tú.
Te echo de menos.
87 días, 87 días ya... y todavía espero que un día me llames y me digas que tú también me echas de menos, que vas a volver.
Larga es la espera de lo que sabes que nunca va a suceder, alguien me dijo que el amor asfixia, y si eso es verdad, no hay nadie que pueda sobrevivir a él.
Entonces... ¿Dónde están los finales felices de los que hablan los cuentos de hadas?
Se puede echar de menos un sabor, un olor, tu olor.
A veces me pasa que voy por la calle y huelo tu colonia, y entonces cierro los ojos y te echo más de menos, si es que eso es posible.
Los domingos son una prueba de fuego, es el único día de la semana que me levanto totalmente sumergida en tu recuerdo, y cualquier excusa me parece buena para llamarte, incluso para presentarme en la puerta de tu casa, pero no lo hago, claro, sabes de sobra que no puedo.
87 días, y todavía no entiendo porqué los cuento, no se me ocurre nada más triste que pensar que un día me levante y lo primero que piense sea: hoy hace exactamente 1415 días que te marchaste. Debería dejar de hacerlo, seguramente tú ya no piensas en mi, seguramente no me echas de menos, seguramente sonríes todo el tiempo, seguramente. Que ya sé que he malgastado mucho tiempo pensando en ti, que ya son 87 días, y pasaran otros 87 más, que me voy a seguir acordando de ti todos los domingos de mi vida, que mi final feliz solo puede ser contigo, que te estoy esperando, que vengas.

viernes, 21 de octubre de 2011

Dame el tiempo que no te haga falta, prometo invertirlo en caricias en tu espalda.


"Alguien que cuando me ponga borracha me lleve a casa en brazos, que se pierda a mi lado para después rescatarme de laberintos sin sentido, que saque la espada y me defienda de víboras, pirañas y putas.
Alguien que cosa disfraces en mis días malos y los convierta en buenos, que no se enfade si no me entiende, que me saque la lengua cuando me ponga tonta y me haga enmudecer. Que no dé por hecho que siempre voy a estar ahí pero que tampoco lo dude, que no me haga sufrir porque sí pero que no me venda amor eterno manoseado, ni me lo ponga fácil…
Alguien que no pueda caminar conmigo por la calle sin cogerme de la mano, que no me compre con regalos pero que tenga mil detalles de papel, que no le guste verme llorar y que me haga reír hasta cuando no tengo ganas, que de vez en cuando decida perseguirme por los bares y conocerme otra vez, que me mire, lo mire, y me tiemblen las piernas sin remedio...
Alguien que esté loco por mí, y no se olvide de decírmelo los días de resaca, que si se pone animal, sea solo cuando me mate a besos por la mañana.
Que no se acostumbre a mí y deje de inventar nombres nuevos para despertarme, que si mira a otra, luego me guiñe un ojo y se ría de mis celos de niña tonta.
Y sobre todo que no tenga que perderme para darse cuenta de que me ha encontrado."




lunes, 17 de octubre de 2011

Firmaría un pacto con el diablo si con ello consiguiera que te quedaras conmigo el resto de mis días.

 - "Deje su mensaje después de la señal, Piiiiiiiiiiiiiiii"
+ Hola, si soy yo, sí aunque parezca imposible recuerdo tu número de teléfono, nunca llegue a borrarlo de mi agenda aunque a veces me convencía para hacerlo, pero no, no fui capaz, siempre tuve la ciega esperanza de que algún día me llamarías, que tendría una llamada perdida tuya para decirme que me echabas de menos, que añorabas mi presencia entre tus brazos, que querías volver a besarme en la nuca, detrás de la oreja, en la boca, besarme sin más cada vez que me vieras. Pensé que volvería a escuchar tu voz en este aparato, este teléfono que nos ha oído hablar en muchas ocasiones, casi incontables, que ha prestado atención a cada te quiero pronunciado por tu boca, a cada palabra pronunciada con esmerado cariño, a cada pequeño detalle que nunca paso inadvertido entre nosotros porque, nos conocíamos muy bien, bueno...nos conocemos.
Pero no te he llamado para decirte esto, ni para decirte que cada vez que veo nuestras fotos se me rompe el alma y tengo ganas de morirme porque el dolor es insoportable, pero aún así soy incapaz de deshacerme de ellas porque no quiero que mi mente olvide ningún segundo juntos, porque esos segundos fui feliz, completamente feliz, sin necesidad de fingir nada, tampoco para decirte que cada carta que me escribiste la sigo guardando porque espero que vuelvas junto a mí, ni para confesarte que no he lavado la funda de la almohada desde la última vez en la que apoyaste ahí la cabeza, si, en esa noche tan especial en el que los besos y las caricias no fueron escasos, esa noche en la que me hacías cosquillas sin parar porque te encantaba oírme reír... No te he llamado para confesarte que no te olvido, que cada segundo que paso lejos de ti es como una aguja perforándome por dentro, que quiero volver a esos tiempos en los cuales estábamos juntos y que aunque este dolor es insoportable no quiero que se vaya, porque significa que lo que sentí fue verdad, que no estaba soñando, que hubo un tiempo en el que fui verdaderamente la persona más feliz del mundo entero...
Me siento como una fracasada por decirte esto porque, aunque no lo parezca, no soy tonta, sé que estas con otra, sé que tus labios ahora besan otra boca, y que tu cerebro se preocupa por otra persona que probablemente, sea mucho mejor que yo. Cielo, te he llamado para decirte que seas feliz con ella, que disfrutes de cada segundo con su presencia, que no desperdicies un momento juntos porque, no sabes lo escaso que puede llegar a ser el tiempo juntos. Y que, joder que quiero que seas feliz ¿vale? Aunque no sea conmigo, pero por favor nunca estés triste, porque yo no lo soportaría... Bueno y por último, te pido que no me olvides, que no olvides que estaré para todo a tu lado. Esto era todo, te quiero mucho y no creo que deje nunca de hacerlo.

jueves, 6 de octubre de 2011

Búscame cuando recuerdes todos los momentos y te arrepientas de no tenerlos ahora.


Estaré a tu lado, si quieres, podemos llegar al fin del mundo, de locura en locura, entre sonrisas, te daré las buenas noches todos los días, y los buenos días por las mañanas, si quieres, te lo daré todo, todo lo que sé que es básicamente todo lo que tú me has enseñado. Te daré mi futuro, mi presente y mi ayer, entre cada juego de palabras esconderé una sonrisa, diré cosas sin sentido, cosas que solo tú y yo entendamos.


martes, 4 de octubre de 2011

Una verdadera amistad, no tiene porque tener sentido.

Es ella la que cuando estoy mal, me llama y me dice:
-  Hermana, solo te pido una cosa, sé feliz.
Es ella a la que le importa una mierda lo que los demás piensen, porque ella es la única persona que sabe quien soy realmente. Es ella la que me abraza cuando lloro y con la que me río hasta tirarme al suelo, es ella la que me demuestra que merece la pena seguir luchando, y la que me recuerda día a día el significado de la palabra amistad y solo quería decirte, como ya te he dicho otras veces, que puede que esto no sea para siempre, puede que el futuro nos halla planeado una vida separadas, pero ¿sabes? Ahora mismo, el presente, nos quiere unidas, y no pienso defraudarle.


domingo, 2 de octubre de 2011

Sólo dime que quieres, y pondré el mundo a tus pies.

¿Sabes? No necesito el paraíso. No necesito que me prometas un siempre, que los dos sabemos que eso es imposible. No necesito ser la pareja que todo el mundo envidie. No quiero ser toda tu vida, simplemente la mejor parte de ella. No necesito un mensaje de buenos días todas las mañanas ni uno de buenas noches todas las noches. No, creo que no necesito nada de eso. Yo necesito poco. Necesito que tardes como esa se repitan una y otra vez. Necesito que me recuerdes lo mucho que me quieres, pero solo cuando lo sientas realmente, si no, no me sirve. Necesito que cuando te entre un impulso, me des unos de esos abrazos que me llevan al fin del mundo. Y bueno, si nos ponemos a pedir, también me gustaría que me hicieras sentir como si fuera la única chica en el mundo, o bueno, por lo menos, la única de tu mundo.